El esplendor llega en barca

LA LUZ ENTRE LOS OCÉANOS

Crítica sin spoilers

La luz entre océanos. Crítica Cultura Palpitante. Alexis HB

Un cuento con el clasicismo de las grandes historias, pero del tipo que una madre jamás querría contarle a un hijo. Relato de época, melodrama de altura, sentimientos estallados contra la pantalla igual que olas contra la piedra de un faro.

Un soldado que ha luchado en la Gran Guerra convertido en farero con el firme propósito de huir del mundo, con la esperanza trémula de huir de sí mismo. Una mujer joven que envidia el vuelo libre de las gaviotas. Un romance que brota del yermo de la soledad, de la roca fría, y por tanto, fuerte e inamovible como ancla de transatlántico. Y todo lo que se nos muestra, paisajes de postales, amantes en acuarelas, emociones exhaladas con salitre… de una belleza devastadora.

La luz entre océanos. Crítica Cultura Palpitante. Alexis HB

Debido a la frágil pureza de cualquier amor vivido en aislamiento, la historia de Isabel y Tom sufrirá fuertes marejadas ante el contacto exterior. Aceptarán la traicionera felicidad que brinda la providencia a pesar de los reversos que acarreará en la conciencia.

La luz entre océanos. Crítica Cultura Palpitante. Alexis HB

La luz natural rasga con suavidad el velo de las imágenes, con toda poética intención, un recordatorio de título y esencia. Nos llega de frente, de un sol lejano que se ahoga en el horizonte o de uno que parece estar justo al otro lado de la ventana, tras un visillo, al alcance de valientes. La trama se desliza con calma, como una marea muerta de luna en cuarto menguante. Al fin y al cabo, una marea no es más que un tira y afloja, atracciones opuestas entre dos astros, y si los astros son Michael Fassbender y Alicia Vikander, las fuerzas se igualan. Por mérito y justicia, ella, con tan solo media hora de metraje, ya podría recoger una estatuilla dorada y guardarla en un farol de hierro forjado, a la vez vitrina para salvaguardar su logro del olvido incomprensible de la crítica y linterna que con su brillo aurífero marque el camino a seguir por otros, sean actores o espectadores. Su interpretación nos atraviesa como arpón ballenero. En cuanto a él, exhibe la contención de dique demandada por el personaje y solo se deja traspasar durante la tormenta. Cuando esto ocurre, la intensidad de su oleaje interior nos salpica el rostro. O quizás solo sean nuestros lagrimales.

La luz entre océanos. Crítica Cultura Palpitante. Alexis HB

Quien se deje llevar por las corrientes que marca Cianfrance, llegará a buen puerto, y lo hará conmovido, emocionado. Aquel que decida remar por su cuenta o enfrentarse a los vientos reinantes, naufragará sin remedio. La deriva también puede producirse por falta de sensibilidad, al menos, de la sensibilidad adecuada. Y aunque la sensibilidad solo es afinamiento del alma, se puede empezar por afinar un viejo piano de pared, igual que hace el protagonista. Luego, ser paciente y mantener la esperanza. Nadie sabe qué traerá la marea.

XH O XB

P.D: El director Derek Cianfrance vuelve a firmar un gran romance, como ya hiciera en Blue Valentine y en The place beyond the pines. Fíjense si son buenas sus ficciones amorosas que terminan obrando amores auténticos en sus actores. Ryan Gosling y Eva Mendes, Michael Fassbender y Alicia Vikander. No puede ser casualidad. Démosle algo de crédito al joven realizador y su forma de enamorarnos.

  •  
  •  
  •  
  •  
  •  
  •  
  •  

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *