Aniquilación: Refracción cinematográfica, metástasis existencial

Una investigación científica sobre la película Aniquilación.

“Cuatro mil millones de años atrás, una se convirtió en dos, dos se convirtieron en cuatro. Luego en ocho, dieciséis, treinta y dos… El ritmo del par de división, que se vuelve la estructura de cada microbio, de cada brizna de césped, criatura marina y terrestre y de cada humano, la estructura de todo lo que tiene vida y de todo lo que muere. Como estudiantes de medicina, los médicos del mañana, aquí es donde actuarán. La célula que estamos viendo es de un tumor. Es del cérvix de una paciente de treinta años. Durante el próximo cuatrimestre examinaremos en detalle células tumorales in vitro y estudiaremos la actividad autofágica”.

Estas palabras se pronuncian en la apertura de la obra, por boca de la protagonista, una bióloga ex militar que se encuentra dando una clase universitaria que gira en torno a su especialidad, el ciclo celular. Estas palabras equivaldrían al abstract de una publicación científica, por resumir planteamiento y trama de lo que está por llegar. Estas palabras van dirigidas a los estudiantes que permanecen sentados, nosotros espectadores, y con ellas se solicita una participación activa, se pide que frente a la obra no nos limitemos a la observación, primera etapa del método científico, sino que seamos capaces de enunciar teorías, de formular hipótesis, recopilar pruebas y sacar nuestras propias conclusiones. Estas palabras son ciencia en el cine y anticipan la ciencia ficción. Estas palabras son Aniquilación.

Un entorno de estudio acotado, otro medio. La luz refractándose, un efecto policromático. Un vórtice sanguinolento que se extiende. Al igual que las palabras del inicio, este plano sostenido al comienzo de la obra es una magnífica representación visual, metafórica y holística de la película.

 

Planteamiento de la investigación/Pregunta de indagación

En esta investigación trataremos de determinar el nivel cinematográfico y el valor artístico de una obra que está dando mucho que hablar en este primer trimestre de 2018. Se trata de una película de Netflix, aunque solo por apadrinamiento, no de producción propia. Su título original es Annihilation. Numerosos medios especializados, así como una parte nutrida de público, asegura haber visto una obra grandiosa, sofisticada y adictiva en todos los aspectos. Sin embargo, unos pocos han opinado en sentido contrario, ya sea por el grado de complejidad de la propuesta o por otras razones de índole más personal. ¿Estamos ante una obra maestra, tal y como asegura Rodrigo Perez en su artículo para The Playlist titulado ‘Annihilation’: Alex Garland Creates A Spellbinding Sci-Fi Masterpiece 1, Francesc Miró para El Diario en su texto ‘Aniquilación’, terror y belleza en una obra maestra de la ciencia ficción actual 2, o Jacob Stolworthy para Independent 3, entre otros? ¿O en realidad Aniquilación es una peli de ciencia ficción que no alcanza sus propias ambiciones, como deja entrever Juan Luis Caviaro en Espinof 4?
 
Formulación de la hipótesis
 
Tras el periodo adecuado de observación y tras la lectura de otras teorías entusiastas sobre la película, como por ejemplo la que viene firmada por Jonathan Pile en Empire 5, donde se le otorga cinco estrellas al film y se lo compara con Arrival (2016) de Denis Villeneuve en términos de inteligencia argumental, o la teoría que expone Emilio de Gorgot en su texto para Jot Down titulado Annihilation: Una perla incomprendida 6, quien defiende la obra como una metáfora sobre el cáncer, mi hipótesis es que Aniquilación estará muy por encima de una película de ciencia ficción de nivel medio. Es más, se merecerá un hueco por méritos propios entre las mejores obras del género, consiguiendo el triple tirabuzón que como buen cinéfilo le pido en los últimos tiempos a todo gran film que se precie: debe entretenerme, debe fascinarme en fondo y forma tomando riesgos artísticos y debe retarme antes, durante y después de su visionado.
 
Materiales/Productos/Fórmula
 
·         Una fantástica fotografía, con una línea de estilo identificable y al servicio de la trama y de las aspiraciones creativas y emocionales de la historia.


·         Un guion complejo, con una estructura en capas tan sólida como funcional, lleno de diálogos de una profundidad hábilmente tapiada que son insertados en los momentos oportunos.
·         Un ritmo excelente, un compás fílmico muy preciso que permite ir desvelando los secretos y motivaciones de la pareja protagonista hasta llegar in crecento al percato, al sutil entendimiento en paralelo y sincrónico de personaje y espectador, escenificado en pantalla por un grito en soledad del primero. La peligrosa aventura va ganando en interés. Se nos permite de manera brillante acompañar a un grupo de científicos en su viaje físico, mental y espiritual.
·         Un elenco acertadísimo, en sinergia, femenino casi en su totalidad, con el contrapunto del siempre solvente Oscar Isaac, y donde la mayoría absoluta de la mujer se aprecia con completa naturalidad, con completa credibilidad, con coherencia y justificación bajo cualquier enfoque, no como respuesta bovina y descontextualizada a clamores populares o a exigencias de producción marcadas por el miedo a la crítica más reaccionaria y menos fundamentada, todo en aras de una pluralidad o de una igualdad más que necesaria pero mal entendida en ocasiones y peor planteada dentro de la ficción.
·         Una banda sonora que transita con armonía de una guitarra indie-folk a los sintetizadores de la mejor música electrónica que puedas escuchar hoy día, para que la obra sea reflejo esclavo de su tiempo, opositando a la siempre escurridiza vanguardia. El responsable del apartado musical posee el valioso don de la oportunidad, alzando la batuta cuando el instante lo requiere y consintiendo el silencio cuando la escena no precisa suplementos para ganar músculo.
·         Un director y guionista, Alex Garland, que ya ha demostrado su valentía autoral y su gran conocimiento del género en trabajos previos de la talla de Sunshine (2007), Never let me go (2010), o la sobresaliente y más reciente Ex Machina (2015).
·         La dosis justa de incógnitas y de respuestas, algo difícil de lograr en cualquier tipo de obra y donde suele estar la clave de la magia, de la maestría, de la alquimia que se alcance con el público. En Aniquilación se produce un balance bien ajustado entre reactivos y productos, entre todos los elementos incluidos con anterioridad en este apartado. La estequiometría de la fórmula cinematográfica es perfecta.
 
Procedimiento y montaje
 
Un meteorito cae en un faro y crea a su alrededor una zona de anomalías físicas, químicas y biológicas que recibe el nombre de El Resplandor. El Resplandor no deja de crecer. Las expediciones militares enviadas a dicha zona no regresan, con la salvedad de Kane, un soldado que acaba en estado crítico y cuya mujer, Lena, se ve empujada a formar parte de la próxima expedición por motivos personales que se van desvelando sutilmente a través de flashbacks, momentos de pareja dentro de un dormitorio. El último grupo enviado a El Resplandor está formado íntegramente por científicas. No tardarán en descubrir de forma trágica las extrañas mutaciones que acontecen bajo el influjo de este fenómeno desconocido. Replicaciones fuera de control, corrupciones de la forma. Duplicados, ecos. Cambios continuos y acelerados, cruzamientos interespecíficos que jamás se darían en un orden natural conocido, cruzamientos incluso entre reino vegetal y animal, superando así cualquier barrera entre especies.


A medida que ganamos en tensión, en acción y en terror, desvelamos misterios y encontramos explicaciones, algunas obtenidas por deducción y otras de forma directa, como cuando Josie, la joven física de mente privilegiada, afirma: “El Resplandor es un prisma que lo refracta todo: luz, sonido, ADN de animales, ADN de plantas… Todo ADN”. La replicación no solo afecta a los organismos vivos. Si estamos atentos, descubriremos instantes replicados, construcciones materiales replicadas. Comportamientos replicados. Y el tiempo discurrirá distinto. En ciencia la refracción se define como el cambio de dirección que experimenta un rayo lumínico u otra radiación electromagnética al pasar de un medio con una velocidad de propagación a otro medio de velocidad diferente. En El Resplandor el tiempo no se percibe de igual modo que en el exterior, llegándose a producir saltos o vacíos temporales inexplicables para los aventureros, sean estos personajes o espectadores. En el tramo final, ya totalmente cautivados por los sucesos y las imágenes vividas, procuraremos entender un desenlace imbuido en cuestiones sordas acerca de la identidad, la individualidad, la inmortalidad, la eternidad, la autodestrucción o la inmisericordia inherente a la evolución.

 
 
Datos y pruebas
 
A lo largo del metraje encontramos muchos momentos y detalles que sirven para poner a prueba la hipótesis inicial. Datos visuales y emocionales que pueden ser cazados por un ojo analítico y exigente. A continuación se exponen diez de estas pruebas:

1.      Fotografía para el cautiverio
Se hace un complicado funambulismo sobre la delgada línea del buen gusto cuando debajo, en lugar de haber red, hay un arcoíris. En otras palabras, es difícil usar colores tan llamativos de forma continua en la fotografía (imposiciones de la trama) sin caer en la psicodelia o, peor aún, en la horterada, y es un aspecto que aquí se logra con nota, alcanzando la belleza en exteriores de un verde predominante donde se distingue aquí y allá los tonos violáceos y aceitosos de El Resplandor, las escalas cromáticas como efecto de la luz.

La belleza de una jungla mutante bajo una pompa de jabón que emulsiona las tonalidades.

Respecto a la fotografía en interiores, no desmerece en absoluto el poderío visual que se alcanza durante la expedición. Con la constante de un azul ronco tras ventanas y cristales, se arriesga con acierto al insertar ciertos planos propios de una cámara curiosa.


 
2.      Temas de gran calado
Para muestra, un botón. Un botón de autodestrucción:
 
—¿Por qué mi marido fue en una misión suicida?
—¿Crees que eso es lo que hacemos? ¿que nos suicidamos?
—Lo analizaste. Lo evaluaste. Debió decir algo.
—Me preguntas como psicóloga.
—Sí.
—Como psicóloga te digo que confundes suicidio con autodestrucción. Casi nadie se suicida pero casi todos somos autodestructivos. De algún modo, en algún aspecto. Desestabilizamos un buen trabajo. O un matrimonio feliz. No son decisiones. Son impulsos. De hecho, tú puedes explicarlo mejor que yo.
—¿Por qué?
—Eres bióloga. ¿No tenemos codificada la autodestrucción en nosotros? ¿programada en cada célula?
 
Y ahora es cuando me viene esa frase de Tyler Durden, pronunciada al acabar una de mis secuencias de cine favoritas: “La autoperfección es simple masturbación. La autodestrucción…”
 
3.      Con un poco de azúcar…
… esa píldora que os dan os sabrá mejor, aseguraba aquella mujer que volaba con un paraguas. Si la ciencia en el cine se sirve en una escena de plata con un diálogo bien especiado, se digiere mucho mejor. Todos los diálogos de la película están pulidos a pestaña, no sobra ni falta nada, y además están hilvanados entre sí por una membrana conectora invisible. De entre ellos, los que abordan algún aspecto científico me parecen los más meritorios, ya que en todo momento resultan de gran interés. No es tarea fácil en el séptimo arte. Las siguientes líneas de diálogo, interpretadas por la pareja protagonista tumbada en una cama, sirven de ejemplo para ilustrar tanto el modo idóneo de incluir contenido científico de cierto nivel en una película como para alumbrar ese hilván que conecta temas y conversaciones a lo largo de toda la obra, puesto que en este caso conecta directamente con el diálogo mostrado en el punto 2, uno que tiene lugar en otro pasaje de la historia:
 
—Si tomas una célula y eludes el límite de Hayflick, previenes la vejez.
—Iba a decir exactamente lo mismo.
—La célula no envejece, se vuelve inmortal. Solo se divide sin parar. Vemos la vejez como algo natural, pero es una falla genética.
—Me excita que me subestimes. Es muy sensual.
 
Empatizamos con el personaje de Kane, con su postura ligera, irónicamente traviesa. El personaje rebaja la seriedad y diluye la densidad potencial del diálogo, pero la píldora ya está garganta abajo. En realidad no solo lleva un poco de azúcar, es que Alex Garland nos lleva la píldora edulcorada a la boca haciendo el avioncito con la cuchara. Bravo.
 
 
4.      Jennifer Jason Leigh
La recuperación para el celuloide de esta actriz que nos deslumbró en los noventa sigue siendo para el cinéfilo motivo de festejo, motivo de agradecimiento a algún altísimo, a Brando, a Coppola, a Fincher, al que quieran. Su actuación en Kansas City (1996) o en Rush (1991) siguen maravillándome. En Aniquilación está en su línea. En su línea estratosférica.
 
5.      La acción
Las secuencias de acción están muy bien dosificadas, injertadas en la historia con precisión de cirujano con pasado de relojero. Se logra que cada disparo cuente. Es una frase que yo colocaría sobre el escritorio de todo buen cineasta que se precie. Que cada disparo cuente. Contexto, factor sorpresa, impacto sonoro. Ver a Natalie Portman cuadrándose en posición de tiradora y apretando el gatillo de un arma automática a tres pasos de un gigantesco caimán albino con dientes de tiburón es una experiencia que sobrecoge.


 
6.      Los llantos de Natalie
Si ver a la actriz disparando es algo muy emocionante, verle llorar es algo muy emocional. Nadie llora como Natalie Portman. Y punto. Es algo que saben bien los directores que han trabajado con ella, desde sus principios, desde Leon El profesional. Todos han querido que llore en pantalla, porque todos saben la fuerte pegada que tiene en el espectador. Corta el aliento, te empequeñece, te hace apretar a puño cerrado los cojines del sillón por la impotencia de no poder consolarla. En V de Vendetta, en la mencionada Leon, en Closer, en Cisne negro, en Jackie, durante los cinco primeros minutos de Zona libre, ese primer plano fijo que es una masterclass de interpretación… En todas. Y en todas llora diferente, acorde a los sentimientos que encuentran fuga. En Aniquilación la vemos derramar lágrimas en un par de ocasiones, y es cuando nuestro corazón grita aquello de Silencio, se rueda.
 
7.      El horror
El horror, el horror… murmuraba el coronel Kurtz en la penumbra. Podríamos decir lo mismo en determinada escena de la película. Tres mujeres atadas a sillas, de noche. Una cuarta mujer abrazando la demencia con grandes destellos interpretativos. Una especie de tapir zombi que ataca a las gargantas de sus presas y que podría haber nacido de los lápices de Richard Corben irrumpe en la sala. Emite de forma espeluznante y desgarradora el último grito de socorro de sus víctimas. Un reclamo de pesadilla. En un género, el de la ciencia ficción, que siempre da cabida a otros géneros, encontramos la mejor escena de terror en mucho tiempo. Otra escena con oso renacido que debería pasar a la historia. El horror, el horror…
 
8.      El mapamundi del apocalipsis
La forma que toman las mutaciones tumorales que cubren la fachada del cuartel ubicado dentro de los límites de El Resplandor no son casuales. Si se observa con atención, gracias al plano del todo intencionado que realiza la cámara, se puede observar que forman una especie de mapamundi. De hecho, parece anticipar un futuro negro y paradójicamente colorido para el planeta Tierra. Los continentes se han desplazado con cierto rigor tectónico, fragmentándose allí donde los límites de placa divergen. De igual modo, el mensaje subliminal que lanza la bióloga protagonista y que atraviesa la cuarta pared es un mensaje de presente, cuando al observar aquellos extraños tumores dice: “Son malignos”.

9.      Las migas que conducen a la fascinación
La obra está plagada de pequeños detalles que pueden escapar a nuestra percepción en un primer visionado y que vuelven aún más fascinante si cabe el conjunto. La explicación podría significar una traición a la voluntad del creador, así que respetaré los enigmas que generan y solo los mencionaré para resaltarlos. Algunas de estas migas son:
* Los tatuajes, tanto el del oso que lleva Kane en el pecho como el del símbolo de infinito que se hace visible progresivamente en los antebrazos de los miembros de expedición.
* La mirada replicada que lanzan a un cuadro en la pared tanto Kane como Lena, haciendo uso de planos análogos y homólogos.
* Los libros que leen los dos personajes principales. Él tiene sobre su mesilla de noche un libro de botánica. Ella lee La vida inmortal de Henrietta Lacks.
* Cuatro brazos clonados, cuando los individuos juntan sus manos, dibujan en el aire el símbolo de infinito. Y sujeto en medio, una granada de fósforo blanco, para negarse la eternidad, para conservar la individualidad.
 
10.  Escenas en el interior del faro

A estas alturas, ya en el final de la obra, la historia y las imágenes nos tienen inclinados hacia delante en el asiento, como si la mano de un proyeccionista fantasma nos agarrase por el cogote, pero si además nos tienen reservado instantes como el de una Natalie Portman observando el vacío luminoso de la creación, contemplando con miedo y maravilla el proceso acelerado y replicado de su propia génesis, y todo mientras suena The Mark, primera pista del segundo álbum de los geniales Moderat… Entonces el desenlace se sublima.

 

Reflexión sobre la hipótesis

En base a los datos expuestos y a las pruebas recabadas, se confirma la hipótesis formulada al comienzo de esta investigación: Aniquilación entretiene, fascina y reta al espectador. Es una obra muy por encima de la ciencia ficción media, incluso de la notable. Se merece un hueco inmediato entre las más grandes.

Conclusiones

Las palabras ya han sido lanzadas recientemente por otros, críticos de mayor cinefilia y reputación a los que le cuesta horrores en forma de años o incluso décadas hacer uso de ellas; a mí puede que me salga más natural, tal y como lo siento: Aniquilación es una absoluta obra maestra.

Su poderosa historia es pura metástasis existencial. Es una refracción única de mucho cine pasado, de poco cine presente y de un adelantado cine futuro. Es una refracción artística original. La película más fascinante y absorbente de lo que llevamos de año, una que acabará siendo de las dos o tres mejores del curso cinematográfico, sin duda. La ciencia lo ha demostrado.

 

“Cuatro mil millones de años atrás, una se convirtió en dos, dos se convirtieron en cuatro. Luego en ocho, dieciséis, treinta y dos… El ritmo del par de división […]”

Ficción.

Ficción cinematográfica.

Cinematográficamente científica. Cinematográficamente artística.

Científicamente contundente. Artísticamente asombrosa.

Contundentemente inteligente. Asombrosamente reflexiva.

Inteligentemente enigmática. Reflexivamente cautivadora.

Enigmáticamente emocional. Cautivadoramente enérgica.

Emocionalmente deslumbrante. Enérgicamente estimulante.

Deslumbrantemente compleja. Estimulantemente argumentada.

Complejamente hermosa. Argumentalmente única.

Hermosamente filmada. Únicamente Aniquilación…

 

Sugerencias para la mejora del método

Esta película se merecía proyección en una sala grande y oscura, sobre una de esas enormes sábanas blancas que nos han mostrado nuestros sueños desde hace más de un siglo. Dicho lo cual, solo se puede agradecer. Por un lado, agradecer a su creador la férrea voluntad de no alterar su obra ante las insistentes peticiones y posterior ruptura de la productora, y por otro lado a Netflix por haber acogido el film en su catálogo. Ya es, de largo, la mejor película a la que le han puesto el logo, aunque no sea propia, insisto.

Fuentes

1.      Rodrigo Perez (2018). ‘Annihilation’: Alex Garland Creates A Spellbinding Sci-Fi Masterpiece. Consultado el 4 de Abril de 2018 en https://theplaylist.net/annihilation-alex-garland-review-20180221/

2.       Francesc Miró (2018). ‘Aniquilación’, terror y belleza en una obra maestra de la ciencia ficción actual. Consultado el 4 de Abril de 2018 en https://www.eldiario.es/cultura/cine/Aniquilacion-belleza-maestra-ciencia-ficcion_0_749275861.html

3.      Jacob Stolworthy (2018). Annihilation: How to watch Alex Garland’s sci-fi horror ‘masterpiece’ in the UK. Consultado el 4 de Abril de 2018 en https://www.independent.co.uk/arts-entertainment/films/news/annihilation-review-first-reactions-netflix-alex-garland-natalie-portman-paramount-ex-machina-a8202286.html

4.      Juan Luis Caviaro (2018). ‘Aniquilación’ y el problema de querer hacer ciencia-ficción inteligente con personajes que no lo son. Consultado el 4 de Abril de 2018 en https://www.espinof.com/estrenos/aniquilacion-y-el-problema-de-querer-hacer-ciencia-ficcion-inteligente-con-personajes-que-no-lo-son

5.       Jonathan Pile (2018). Annihilation Review. Consultado el 4 de Abril de 2018 en https://www.empireonline.com/movies/annihilation/review/

6.       Emilio de Gorgot (2018). Annihilation: Una perla incomprendida. Consultado el 4 de Abril de 2018 en http://www.jotdown.es/2018/03/annihilation-una-perla-incomprendida/

 

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