Las lecturas que más he disfrutado el pasado año.
Salvo dos o tres excepciones, se trata de novelas, todas con aparición en librerías a lo largo del 2018, sea con una primera edición en castellano (la mayoría) o con una reedición. Una selección de veinte títulos y una mención especial.
Descubrimientos, nuevos apellidos que apuntar. Libros que combinan buena prosa y tramas tan adictivas que cuestionamos si es papel o papelina lo que tenemos entre manos. Cultura en papel, celulosa como mascarilla de oxígeno. Historias para el recuerdo. Literatura que nos provoca esgrima de pestañas. Lecturas fascinantes, miles de páginas que compartir.
Haciendo balance personal, ha sido un buen año de literatura. En el 2018 he descubierto a Ted Lewis y Kent Anderson, un par de autores de esos que parecen escribir con pólvora y mugre en lugar de usar tinta, sin que por ello su prosa eche en falta la sutileza o cierta clase de poesía, la poesía del desespero. En otras palabras, escritores de novela negra con la categoría que te da en el género las vivencias de fondo tocado. También he tenido la suerte de leer uno de esos libros que adquieren toda su grandeza, todo su significado y dimensión, en la última página, prácticamente en el último párrafo, cuando todas las palabras anteriores invaden de nuevo tu cabeza cayendo como bombas de racimo y sacándonos una sonrisa. Es el caso de la novela de Kurkov con puesto en mi lista, una obra de culto en la vieja Unión Soviética desde su aparición, por denunciar el régimen desde la metáfora, desde el surrealismo y desde un humor triste y soterrado. Pero puestos a destacar la matrícula entre el sobresaliente, debo mencionar las dos novelas que realmente han marcado la diferencia en este 2018, a ojos y corazón del que escribe. Son Minué para guitarra (en veinticinco disparos) y Ahora me rindo y eso es todo. Minué para guitarra es obra de un autor esloveno con nombre de antibiótico y vida tan memorable como novelesca: Vitomil Zupan (Ljubljana, 1914 – 1987). Con solo un puñado de datos biográficos ya tenemos la certeza de que estamos ante un autor cuyo testimonio, verídico o ficticio, merece la pena leer: “… se vio obligado a abandonar su país a los dieciocho años tras la muerte accidental de un amigo cuando jugaban a la ruleta rusa. Zupan viajó por el Mediterráneo y el norte de África, donde trabajó como marinero, pintor de casas, profesor de esquí y boxeador profesional. Regresó a Ljubljana poco antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial y se unió a la resistencia tras la ocupación alemana e italiana de Yugoslavia. En 1942 fue arrestado y enviado a los campos de concentración italianos de Čiginj y Gonars. Tras evadirse de este último, se unió a la resistencia y luchó como partisano en las colinas de Ljubljana contra el ejército alemán. Finalizada la guerra, se dedicó a la escritura y trabajó en la radio. En la Yugoslavia de Tito, Zupan fue sentenciado en un juicio farsa a dieciocho años de cárcel por espionaje, conspiración, asesinato e intento de violación. Fue liberado en 1955 y tuvo que firmar sus obras con un seudónimo hasta los años sesenta. Escritor bohemio, anticonformista y polémico, Vitomil Zupan publicó en 1975 Minué para guitarra, su indiscutible obra maestra y una de las novelas más relevantes de la narrativa eslovena contemporánea.” Poco más que añadir. La breve reseña biográfica que incluye Sajalín en su publicación supone suficiente reclamo para todo aquel lector que busque voces narrativas auténticas. Y en Vitomil Zupan la encontrarán.
Vitomil Zupan
El logro e interés que alcanza Álvaro Enrigue con Ahora me rindo y eso es todo resulta impresionante. Una obra colosal sobre la Apachería trenzada con tres hilos narrativos que se alternan con una naturalidad pasmosa, cerrándose en armonía alrededor de aspectos políticos y humanos de presente o de sangriento pasado, usando una ficción descarnada, la Historia de América y la vida personal y familiar del propio autor. Una crítica feroz y necesaria a los Estados Unidos, a los de la actualidad y a los de su olvidado origen mestizo, combinado todo ello con el segundo mejor western que este de aquí ha podido leer, solo por detrás de Meridiano de sangre, de Cormac McCarthy. Una proeza literaria que, junto a Minué para guitarra (en veinticinco disparos), ya está en el estante de la memoria donde guardo desde la infancia los libros más especiales, mis favoritos.
La mención especial es para la novela gráfica The Fade Out, una joya noir del noveno arte a cargo de la dupla Brubaker/Phillips. Este tándem creativo nos tiene mal acostumbrados, y cada año esperamos algo nuevo y mejor en sus viñetas. Esta historia negra está entre las destacadas de su extensa obra conjunta y no palidecería frente al resto de libros en lista. “El más ambicioso proyecto del equipo creativo de Fatale y Criminal. Una recreación de una era perdida de Hollywood, en los primeros días de la Lista Negra, a través de la investigación del asesinato de una estrella.”
A continuación, mi látigo con las mejores obras de 2018 que he tenido la oportunidad y el placer de leer. Las novelas se reseñan a través de un extracto de la sinopsis oficial o a través de un breve pasaje seleccionado, uno de esos pellizcos que les hacemos al papel para destacar palabras brillantes o mensajes expansivos y que en muchas ocasiones ya justifican la lectura de la obra. En algunas excepciones se incluye tanto sinopsis como pasaje, y en varios casos se acompaña con una imagen, detalle de portada. Se añade el enlace a todas las fichas técnicas de los libros, alojadas en las respectivas webs editoriales.
TOP 20 LIBROS 2018
20
Drugstore cowboy
James Fogle
“A Diane le cayeron dos años y medio y a mí cinco, y no dije ni una palabra. Nunca llegué a comprenderlo, pero, joder, ¿quién puede entender la justicia? A un pederasta le echan seis meses en la cárcel del condado y ese mismo día envían a un pobre drogadicto enfermo a la cárcel estatal ocho años por volver a casa con un gramo de heroína rebajada con azúcar que tiene que pincharse esa misma noche, porque si no lo hace deseará estar muerto antes de que amanezca. ¿Quién entiende la justicia? La justicia no entiende la justicia. Hay que asistir a una clase de geografía en derecho penal para saber dónde puedes cagar todavía sin que sea un delito grave.>>
19
Magnetizado
Carlos Busqued
[…] Construido a partir de grabaciones de entrevistas, documentos forenses y recortes de diarios, Magnetizado es un texto raro y difícil de clasificar. Evita la interpretación y el juicio, dejando espacio para lo único que puede acercarnos a comprender la naturaleza de los crímenes: la voz de su protagonista. Acompañado por esa voz, el lector cruza la puerta del asesinato múltiple y se instala en la perturbadora habitación vacía que hay al otro lado.
Un libro sobre el crimen, pero también sobre una manera de habitar el mundo, o de ausentarse en él.
“—Sí. No tengo ninguna sensación del momento de la muerte, pero recuerdo la satisfacción del después, de irme a comer una suprema a la napolitana con papas fritas y mousse de chocolate de postre, y me acuerdo que estaba riquísimo.
Ahora, a la distancia, te podría decir que era como una celebración.
—¿Celebrabas qué cosa? ¿Qué había pasado algo importante?
—Que había pasado algo, ponele.>>
18
Los Caídos
Carlos Manuel Álvarez
«Todos tenemos un hogar», decía Philip Roth, «y siempre es ahí donde las cosas van mal». En Los caídos, novela ambientada en la Cuba contemporánea, asistimos al desmoronamiento de una familia cuyos miembros, sin saber realmente cómo, han acabado convirtiéndose en adversarios que comparten el territorio del hogar. […]
Compuesta a cuatro voces con una naturalidad sólo al alcance de los grandes narradores, la primera novela de Carlos Manuel Álvarez se enfrenta sin concesiones al microcosmos de una familia que se revela metáfora de una sociedad en la que las promesas nunca se cumplieron y las distintas verdades se rebaten entre sí.
“Va quedando poco menos de una hora para la guardia. Te oyes el trote cojo del corazón justo bajo el oído, como si el corazón estuviera en la almohada, un sapo escondido entre las fundas. Es un golpeteo incómodo, pero es la primera señal de que has empezado a dormirte: el oído se voltea y empieza a escuchar para adentro. Luego reparas en algo muy vago, como el dolor de las articulaciones, que se ha vuelto un dolor agradable.>>
17
Una noche con Sabrina Love
Pedro Mairal
Todas las noches, en un pequeño pueblo de la provincia de Entre Ríos, Daniel Montero, un joven de diecisiete años, se encierra en su cuarto para ver el programa televisivo de Sabrina Love, la porno star más popular del momento. Cuando un día se entera de que ha ganado el sorteo para pasar una noche con ella en Buenos Aires, Daniel no se lo puede creer; pese a que no tiene dinero y a que nunca ha viajado lejos de su pueblo, Daniel decide confirmar la cita y ponerse en camino. La experiencia del viaje y del contacto con la gran ciudad le enseñará mucho más de lo que hubiera podido imaginar.
“—¿Y no cambia nunca de canal?
—No.
—¿Y no quiere que le enseñe?
—No —dijo la vieja—, así no más está bien. Daniel se acordó de cuando miraba televisión con su abuela. Él cambiaba tan seguido de canal que ella mezclaba los hilos narrativos de las distintas películas y tejía su propia historia, que tenía la virtud de ser siempre feliz, porque cuando después de un rato de estar frente a la pantalla, aparecía una escena de risas o abrazos o declaraciones de amor, ella se levantaba y decía <<Qué lindo como terminó>>, dejándolo a Daniel perplejo, preguntándose cómo habría sido la historia que habría armado su abuela.>>
16
Moscas
Agustín Pery
El asesinato de un periodista de investigación en la isla de Mallorca y la torpe serie de acciones y reacciones que desencadena sirven como hilo conductor a esta trepidante narración. Un magnífico thriller que retrata -con un estilo conciso y directo, y con gran conocimiento de causa- las relaciones que tejen y anudan la corrupción en España.
15
Réquiem por un sueño
Hubert Selby Jr.
“Harry y Marion se alejaron de los demás y se tumbaron en unos cuantos almohadones viejos y medio se apoyaron en la pared, medio escuchaban la música, y dirigían la mayor parte de su atención el uno al otro. ¿Vives sola ahora o compartes la casa? No, vivo sola. Lo sabes. Harry se encogió de hombros: Oye, ¿y cómo lo voy a saber? La última vez que estuve en tu casa me acuerdo de que tenías una compañera de piso, ¿o no? Dios mío, eso fue hace meses. Uau, ¿hace tanto? Tempus fugit de verdad, ¿eh? A veces. Otras veces parece quedarse quieto. Como si estuvieras dentro de un saco y no pudieras salir y alguien te está diciendo siempre que la cosa mejorará con el tiempo y el tiempo parece estarse quieto y riéndose de ti y de tu dolor. Y luego al final se rompe y han pasado seis meses. Es como si un día dejas de ponerte la ropa de verano y entonces es Navidad y en el medio hay diez años de dolor. Harry sonrió: Dios, lo único que dije yo fue hola y tú me imprimes las huellas dactilares. Pero me algra que estés bien. Mario se rió y Harry encendió un canuto y dio un par de caladas rápidas y se lo pasó a Marion.>>
14
Hotel Graybar
Curtis Dawkins
Un impactante libro de relatos sobre la cárcel escrito por un condenado a cadena perpetua.
“Solo había dicho que quería un <<13 ½>> en el brazo izquierdo. El 13 ½ representaba a un recluso al que le había tocado un jurado formado por doce imbéciles, un juez gilipollas y un abogado medio tonto, lo que se había traducido en cadena perpetua. Yo sabía de buena tinta que Homer no había ido a juicio: había aceptado un acuerdo por llevar un laboratorio de metanfetamina. Pero yo no soy quién para revisar los antecedentes de nadie antes de tatuarlo. Le debía a Homer veinticinco dólares por un paquete de Bugler, y ese <<13 ½>> iba a dejar mi cuenta a cero. Al menos, con él.>>
13
A la izquierda, donde el corazón
Leonhard Frank
Michael Vierkant abandona muy pronto su lugar de origen, la pobreza de su familia, para perseguir un sueño: convertirse en artista. Autodidacta que considera los cafés su propia universidad, vivirá de lleno el nacimiento de un nuevo mundo en la bohemia del Múnich de principios del siglo xx, para luego arrojarse a los «locos años veinte» berlineses: cabarets, fiestas, conciertos, tertulias literarias…
Pero a pesar de las luces y el brillo de la metrópolis, el ambiente político comienza a ser agónico, crepuscular. Esta sobresaliente novela, autobiográfica en gran parte, nos sumerge en unas décadas excepcionales, revelándonos todo un mundo fascinante: desde los ardores belicistas que anunciaron la Primera Guerra Mundial hasta las promesas de felicidad del periodo de entreguerras, desde la crisis económica hasta el ascenso del nazismo. Sin olvidar el exilio (todos los exilios de su protagonista), la Francia ocupada por los nazis, el trabajo de Vierkant en Hollywood como guionista…
12
Muerte con pingüino
Andrei Kurkov
“Hacía un año el ancho brazo de la butaca había sido el sitio favorito de Olia, una muñeca rubia con una atractiva naricilla respingona y un mohín permanente de reproche. A veces apoyaba la cabeza en el hombro de él y parecía quedarse dormida, sumida en sueños en los que lo más probable era que él no saliese. Tenía permitido estar presente únicamente en la realidad y aun así solía sentirse de más. Ella era silenciosa y pensativa. ¿Qué era lo que había cambiado después de haberle abandonado sin decir palabra? Ahora era el pingüino Misha quien estaba con él. Igual de silencioso, quizá también pensativo… Aunque bien mirado, ¿qué era eso de pensativo? ¿acaso era algo más que una palabra para describir su manera de mirar?
Se echó hacia delante para observar algún indicio de pensamiento en los ojillos del pingüino, pero no vio más que tristeza.>>
11
Sabotaje
Arturo Pérez Reverte
“—Por dios, señor —protestó—. Era una misión. Mi conciencia profesional…
—No me hagas reír, que me atraganto con el bigote. Tu conciencia no vale una mierda.
—Me refería a la profesional.
—Ni la una ni la otra. Para ti solo hay dos clases de mujeres: las que te llevas a la cama y las que te puedes llevar. Con tu sonrisa de rufián latino las haces sentirse princesas o actrices de cine, cuando en realidad solo te interesan de cintura para abajo.
—Me sigue ofendiendo usted, Almirante. También me interesan de cintura para arriba.>>
10
Stop time
Frank Conroy
Lo que podría haber sido un libro violento, vengativo, se convierte gracias a la pericia de su autor en una triunfal celebración de la juventud, en una autobiografía que se lee como una novela y cuya principal virtud, como afirma su prologuista, es su claridad encandiladora. Reconocida desde su publicación en 1967 como una obra maestra del género autobiográfico, la fama e influencia de Stop-Time no ha dejado de agrandarse desde entonces.
“Cuando se encendieron las luces me quedé un buen rato en el asiento, mirando la pantalla vacía mientras los otros espectadores abandonaban el cine. Me fui cuando el acomodador empezó a colocar bien los asientos abatibles.
En la calle, llegado de no sé dónde, me arrebató el deseo. Quería vivir. Quería ver cosas bellas. O morirme. Quería algo que fuera definitivo, algo que fuera nítido, tan visible y tangible como morir o como salvar la vida de alguien o como ser besado por Jean Simmons. Por mis ojos empezaron a rodar lágrimas de rabia.>>
9
La ley de Carter
Ted Lewis
“Mis orígenes. La expresión tiene la misma frialdad que la nieve que cae. Parafraseando a Goering, cada vez que la oigo me entran ganas de sacar la pistola. Los orígenes son la única cosa de mi vida en la que ni me molesto en pensar. Mi vieja yendo a buscar el carbón y mi viejo con los pies enfundados en las zapatillas y apoyados en la repisa de la chimenea. Frank con los deberes siempre hechos, su libro de ejercicios perfecto sobre la mesa de la cocina, con ese aspecto tranquilo, reflexivo, sabiondo, y todo ese rollo de por qué yo no era como él, por qué no me esforzaba más para salir del barrio igual que iba a hacer Frank, en lugar de rondar siempre la misma puerta de Rowson como preludio a desperdiciar tardes en el Astoria y el Rex; y, cómo no, las palizas con la correa que mi viejo disfrutaba dándome si volvía más tarde de la hora indicada. Pero todo eso me hizo ser más decidido a la hora de seguir mi propio camino, de alcanzar el éxito a mi manera. Joder, podría haber dado mil vueltas a Frank en el tema de los deberes, y eso que era dos años mayor que yo. El caso es que si alguien esperaba algo de mí, un impulso me llevaba a hacer lo contrario.>>
8
H de Halcón
Helen Macdonald
A raíz de la inesperada muerte de su padre, Helen Macdonald decide comprar y adiestrar un azor, el ave de presa más peligrosa y letal. Así empieza un viaje de exploración a lo más profundo del dolor y de lo salvaje, que llevará a la autora al límite de la locura y cambiará su vida.
Destinado a convertirse en un clásico, H de halcón es un libro sobre el recuerdo, la naturaleza y el ser humano. Una lección magistral acerca de cómo reconciliar la vida y la muerte.
“Una necesidad oculta avanzaba en mi interior. Tenía una sed insaciable de objetos, de amor, de cualquier cosa que sanase la pérdida y mi mente no tenía escrúpulos en reclutar a quien fuera o a lo que fuera necesario. En junio me enamoré, predecible y devastadoramente, de un hombre que echó a correr una milla entera cuando se dio cuenta de lo destrozada que estaba. Su marcha me aturdió y dejó prácticamente insensible. Aunque ahora ni siquiera puedo evocar el recuerdo de su rostro, y aunque sé no solo por qué salió corriendo sino además que, en principio, podría haber sido cualquiera, todavía guardo en el armario un vestido rojo que no me volveré a poner jamás. Así son las cosas.>>
7
Caballos lentos
Mick Herron
Elogiada por The Mail on Sunday como «la novela británica de espías más satisfactoria en muchos años» y considerada por The Daily Telegraph como una de las veinte mejores novelas de espías de todos los tiempos, Caballos lentos es la primera entrega de la multipremiada serie protagonizada por Jackson Lamb, un personaje que dejará huella por su temeridad y su afilada lengua. Mick Herron ha modernizado con brillantez y humor las claves del género, ofreciendo una mirada crítica y sin concesiones sobre la sociedad británica actual.
6
La distancia
Pablo Aranda
La distancia es el viaje geográfico y sentimental que emprende un hombre herido en busca de su antigua amante marroquí, que está amenazada de muerte.
“Abrazaba a Tamar y Tamar se diluía en el abrazo. Tamar le traía libros y le decía que vivía con un español en Granada y ahora —las manos en su espalda, el pelo limpio en su cara— quiso preguntarle por qué se casó con Touzit, por qué una rompe todos los agarres que la mantienen atada a la tradición y después no sabe deshacerse del último, el hombre árabe.>>
“El mar. Cómo describiría el mar a alguien que no lo conociera, este mar encrespado, el agua levantándose y escupiendo espuma, el viento, la humedad, la sal, el frío. Montañas que se forman y se aniquilan en un instante. Miles de pirámides superpuestas para enseguida perder su geometría, sus aristas convirtiéndose en curvas blandas, estallando, una nueva pirámide surgiendo del interior de otras pirámides. Dunas de agua, alcanzando una forma imposible de sostener. Un conjunto interminable de volcanes de agua desmoronándose por su propia erupción. Una cortina de agua elevándose para caer de golpe. La soledad. Con quién podría compartir esa angustia.>>
5
El sol verde
Kent Anderson
“Luego miró el espejo retrovisor y observó las filas de luces blancas y rojas que iban y venían a toda velocidad, como si fueran ríos, por la autopista que se distinguía a lo lejos.
Lo único que había entre la autopista y él era el corazón de las tinieblas, en el que todo el mundo era sospechoso, incluso las víctimas, o incluso los policías, que no eran más que otra pandilla callejera, igual de brutal —acaso más— que cualquiera de ellas, tan sobrepasados en número que se veían obligados a usar la fuerza bruta para poder sobrevivir. Al final, la brutalidad organizada y superior era lo que les permitía aplicar las leyes de otro país.>>
4
El tiempo regalado. Un ensayo sobre la espera
Andrea Köhler
“Cierto que la poesía siempre se mueve cerca de la frontera del trance, que dicta a los sueños diurnos la letra de sus imágenes. Pero únicamente en los intersticios entre sueño y vigilia, donde la anestesia de la conciencia ya no rige, pero tampoco la razón, entrega lo soñado su valor metafórico. El autor es el que comprende el umbral, un traductor que media entre lo de dentro y lo de fuera, alguien que construye sus frases trazando la síntesis entre pensamiento y memoria, método y meditación, gramática y metáfora. Como suele decirse, la escritura se compone de un diez por ciento de inspiración y un noventa de transpiración. Mas, sin esa ruptura en el tiempo en la que aparece en la puerta la musa, todo empeño es vano. A la musa no se la obliga. Y, a pesar de todo, hay que preparar el terreno, hay que esperar.>>
“Cómo soportaríamos nuestras vidas sin este hermoso ejercicio que nos ofrece el viaje; a él le debemos la constatación de que solo así, de forma errática, terminamos allí donde queríamos ir, casi siempre sin saberlo: esa plaza, esa fachada, esta vista maravillosa no la habríamos encontrado nunca si no nos hubiéramos perdido. Pero deambular es también un fin en sí mismo. Responde a una atracción que dormita tras la tercera esquina, la que nos conduce al rumor de unas voces, a la algarabía de unos niños jugando, al broncíneo tañer de las horas contadas. Solo el que está dispuesto a extraviarse en el laberinto se adentra en ese sueño que se sueña lugar y avanza por las rutas que transitaron generaciones de caravanas.>>
3
No solo morir
Ted Lewis
“Pensad en un hombre como yo y el amor. Un carnicero ama. Le rebana la garganta a un animal, lo descuartiza, se lava la sangre de la piel, vuelve a casa, se va a la cama con su mujer y la hace gritar de pasión. El hombre que obligó a reconstruir Hiroshima amaba y era amado, y no me refiero necesariamente al piloto ni al soldado que abrió las compuertas para lanzar la bomba. El tipo que puso la bomba en el restaurante Abercorn sería capaz de consolar a su hijo si este volviese a casa con una rascada en la rodilla. Todo el mundo ama. Todo el mundo reflexiona, reflexiona sobre sí mismo. Y yo he reflexionado sobre por qué tuvo que ser Jean y no cualquier otra. Y como todo el mundo, podría hacer una lista de las cosas que explican mi obsesión, y al igual que la de todo el mundo, seguiría siendo una simple lista; el total, distinto al de una simple suma.>>
2
Minué para guitarra (en veinticinco disparos)
Vitomil Zupan
“La guerra es una sucesión de preguntas que ni se formulan ni se contestan.>>
“Deshazte de todo. La propiedad esclaviza. El poder atormenta. <<Una corona es un sombrero en el que llueve>>, dijo Federico de Prusia. La gloria es espuma. La ropa, una invención de los feos. Y el destino, una ocurrencia de los cobardes. El dinero lo crearon los ladrones que no podían robar ciudades. El pastel de almendras está delicioso. ¿Por qué no quieres quitarte los zapatos? La guerra ya ha terminado. Escucha la respiración de los Alpes en el centro de Europa. Un cazador furtivo sale de nuevo a perseguir gamuzas. Se embadurna la cara con hollín para que el guardabosques no lo descubra. Si fuese negro, se embadurnaría con tiza. Y ahora vamos a bailar otra cosa, querida. Vamos a bailar un minué.>>
1
Ahora me rindo y eso es todo
Álvaro Enrigue
Esta novela descomunal arranca con una vindicación de la escritura y la construcción de un paisaje. Ese paisaje es fronterizo –entre México y Estados Unidos–, y en él irán apareciendo personajes, del pasado y del presente. Asoman misioneros, colonos y también los otros, los indios de las tribus ya civilizadas, o aún salvajes. Asoma una mujer –Camila– que huye por el desierto, y un hombre –el teniente coronel José María Zuloaga– que persigue por ese desierto a unos indios que han robado ganado. Y también el mito de Gerónimo, el apache rebelde, y un escritor que recorre esos parajes en busca de las huellas de la historia…
Y estos y otros personajes que se van sumando acabarán confluyendo en esta narración total y mestiza, suma de western, relato histórico, épica, leyenda y metaliteratura que reflexiona sobre cómo el pasado permea el presente y cómo se reconstruye y noveliza. Una obra de enorme ambición y de una perfección rara, deslumbrante, que confirma a Álvaro Enrigue como uno de los más destacados escritores en lengua española con proyección internacional.
“Era una mujer alta, los hombros se le habían hecho vastos nadando en los ojos de agua con los niños de los peones indios —un placer que se seguía dando cuando podía—, y tenía una espalda larga que se abría en unas caderas que desmentían los vigores un tanto viriles de sus piernas y brazos. Tenía las tetas chicas y despiertas, los ojos marrones, la boca pronunciada de los que tuvieron una abuela que se resbaló con un esclavo y vivió para contarlo porque la tómbola de la genética le trajo un niño que podía pasar por andaluz.>>
“Los finales, no importa cuán cantados estén, nunca portan la calidad de lo terminal, cuando menos no para quien los va remontando. La última hora de intimidad con el otro siempre parece otra en la línea: un episodio repetible y sin consecuencias. Nunca nadie piensa que esa fue la última vez que se bebió esa saliva ni que lo que sigue es extrañar hasta la muerte el olor de la piel que se arremolina tras el lóbulo de una oreja. No registramos la última ocasión en que nuestros hijos nos dieron la mano para cruzar una calle. Cuando cambiamos de ciudad, de país, siempre pensamos que vamos a volver, que los demás se van a quedar fijos, como encantados, y que a la próxima los vamos a abrazar y van a seguir oliendo a la misma loción, tabaco y café quemado. Pero los amigos cambian, progresan y se compran lociones caras, dejan de fumar, dejan el café, huelen a té verde cuando volvemos.>>
Collage con las portadas de las 10 lecturas preferidas de 2018 en Cultura Palpitante
XH O XB
P.D: Este año hay en la lista hasta 5 novelas de Sajalín y 3 títulos de Libros del Asteroide, dos editoriales que parecen superarse cada año. Mil gracias por publicar obras de autores que siguen las máximas recogidas en aquel poema de Bukowski: “… no seas como tantos escritores, no seas como miles de personas que se dicen escritores, no seas aburrido, fastidioso o engreído, que no te consuma el amor propio; las librerías del mundo duermen en sus bostezos por tipos como tú, no te incluyas allí…”.