Las mejores novelas que he podido leer durante el pasado año.
Una selección de 15 para las que vieron publicada su primera edición en el 2017 y la mención de una decena escogida entre aquellas aparecidas en librerías con fecha anterior a estos últimos doce meses.
Descubrimientos y cuentas pendientes. Clásicos que son y clásicos que serán. Cultura en papel, celulosa y letras para el culto. Todas lecturas disfrutadas, todas páginas que compartir.
Haciendo balance, ha sido un buen año de literatura. En lo personal, un año memorable, por haber descubierto autores y obras que me acompañarán toda la vida, de esos narradores y de esas narrativas que son para siempre. Por ser magistrales. Por ser especiales.
Si tuviera que quedarme solo con tres regalos de los muchos que me ha dejado el mundo del libro en el 2017, y por suerte no debo hacerlo (las más de 60 novelas que he leído el año pasado ya no me las quita nada ni nadie, salvo quizás el Tiempo), rescataría a:
Ernesto Mallo
Para mí ha sido el año de este escritor argentino fuera de serie. Me he leído La conspiración de los mediocres y las cuatro novelas que componen su obra dedicada al Perro Lascano, la última, el cierre a la historia del personaje, aparecida en el cuarto trimestre del 2017 e incluida en la parte más alta de este TOP. De hecho, cualquiera de estos cinco libros podría ocupar un puesto de honor en un listado literario que lleve mi firma. Estamos ante un maestro de la tinta y la tecla, un verdadero artista con una prosa única y un estilazo propio, con historias bien pulidas, llenas de ritmo, autenticidad, emoción, denuncia y poesía tornasolada, esa que solo se revela en determinados instantes, a la luz sensible de determinados ojos. Uno de los fabulosos, ya uno de mis favoritos: Ernesto Mallo.
Cambio de estado
En un libro de relatos cortos que lo ha ganado todo en cuanto a premios de ciencia ficción y fantasía se refiere, destaco por encima del resto el que lleva por título Cambio de estado. Curiosamente, el más íntimo, el cuento más alejado de los géneros por los que orbita la muestra. Reconozco que tras su lectura me encontré boquiabierto, fascinado, y en la asimilación posterior de su metafórico mensaje vital los lagrimales se me inflaron hasta la tersura como globos aerostáticos al recibir llama y gas. En consecuencia lógica, la mirada y la imaginación se elevaron luego hasta lugares de ensueño, un vuelo privilegiado. Un vuelo que ya apetece repetir de nuevo. Un vuelo que no deben perderse.
La chicas del Asteroide: Sylvia y la uruguaya
Libros del Asteroide ha revelado y compartido dos tesoros de incalculable valor a lo largo del 2017. Nos ha presentado a dos chicas que permanecerán en nuestro pecho y memoria como invitadas de honor hasta que ellas decidan lo contrario. Personalidad y antojo no les falta. Se trata de una uruguaya que se disfruta en un suspiro y una tal Sylvia por la que suspirar. La primera se recorre con una sonrisa, con ansia, con diversión y placer, pero sus líneas curvas están trazadas con una calidad narrativa y literaria que podría pasar desapercibida debido precisamente a esas otras virtudes. Respecto a Sylvia…, jamás con tan poco se ha ganado tanto. La grandeza y la eternidad de la mejor literatura en menos de 150 páginas de mujer genial y tormentosa. Una historia de amor con pegada, con desnudez emocional, con el riesgo que supone escribir desde las entrañas del recuerdo. Tan profunda que puede producir vértigo, y a la vez tan sencilla en su escritura que uno se pregunta cómo diablos puede provocar ese efecto tan nítido de un modo tan invisible. Como un colosal acantilado sin fondo que provoca el deseo extraño de saltar y que sin embargo solo está dibujado bajo nuestros pies con un puñado de líneas simples. A Sylvia, a ratos apetece devorarla, a ratos solo acariciarla con las pestañas en la distancia. A veces soñarla despierto, a veces odiarla dormido. Pero en todo momento, apetece amarla. Porque es una novela entre un millón. Una absoluta obra maestra depurada hasta la genialidad y merecedora de estudio.
Detalle de la portada de Sylvia, editorial Libros del Asteroide (2017)
Mi TOP 10 de libros leídos por primera vez en 2017 pero publicados en castellano en años anteriores estaría conformado, sin orden particular, por los siguientes títulos: En el patio, de Malcom Braly, Editorial Sajalín; Mujeres, de Charles Bukowski, Editorial Anagrama; Total Khéops, de Jean-Claude Izzo, Editorial Akal; Ciudades de la llanura, de Cormac MacCarthy, Editorial Debolsillo; Manual para mujeres de la limpieza, de Lucia Berlin, Editorial Alfaguara; El estandarte, de Alexander Lernet Holenia, Editorial Libros del Asteroide; Tokyo ya no nos quiere, de Ray Loriga, Editorial Alfaguara; La conspiración de los mediocres, de Ernesto Mallo, Editorial Siruela; Patologías, de Zajar Prilepin, Editorial Sajalín; Crimen en el barrio del Once, de Ernesto Mallo, Editorial Siruela.
A continuación, mi látigo con las mejores novelas de 2017 que he tenido la oportunidad y el placer de leer. Las novelas se reseñan a través de la sinopsis oficial o a través de un breve pasaje seleccionado, uno de esos pellizcos que les hacemos al papel para destacar palabras o mensajes especialmente sobresalientes y que en muchas ocasiones ya justifican la lectura de la obra. En ciertas excepciones, se incluye tanto sinopsis como pasaje, y en la mayoría de casos se acompaña con una imagen, detalle de portada. Se añade el enlace a todas las fichas técnicas de los libros, alojadas en las respectivas webs editoriales.
TOP 15 LIBROS 2017
15
Visitation Street
Ivy Pochoda
Durante una calurosa noche de verano, dos adolescentes deciden navegar en una balsa improvisada. Desaparecen en la bahía, y solo encuentran, arrastrada por la corriente y seminconsciente, a una de ellas.
Jonathan, el profesor de las chicas, tiene la misión de indagar y desenterrar los pecados y secretos más profundos de la joven.
14
Corrupción policial
Don winslow
«La pared a la que mira fijamente tampoco tiene respuestas, tampoco sabe cómo ha llegado Malone hasta allí.
Y una mierda, piensa Malone. Al menos sé sincero contigo mismo, piensa mientras está allí sentado, sin nada por delante excepto tiempo.
Al menos, admite la verdad.
Sabes perfectamente cómo has llegado hasta aquí.
Paso a paso, joder.
Los finales conocen los comienzos, pero no a la inversa.
[…]
Después de dieciocho años de profesión, después de todo lo que ha visto, Malone no es un gran admirador de Dios, e imagina que el sentimiento es mutuo. Le gustaría hacerle un montón de preguntas; pero, si alguna vez estuvieran en la misma habitación, Dios probablemente cerraría la boca, contrataría un abogado y permitiría que fuera su hijo quien acabara en la silla eléctrica.
Después de dieciocho años de profesión, Malone ha perdido la fe, así que, llegado el momento de mirar al diablo a los ojos, ya no había nada entre Malone y un asesinato, salvo cuatro kilos y medio de presión sobre el gatillo.>>
13
Inmersión
J.E. Ledgard
«Rememoró el paseo que Danny y él habían dado de la mano por la nieve. Después ella lo había mirado y le había explicado que en los océanos había gran cantidad de sálpidos y medusas cuya migración vertical equivalía, en escala, a que un ave echase a volar desde una duna y llegase al espacio.
—A escala planetaria, los pájaros solos se arrastran —comentó.
<<Utrinque paratus.>> Preparados para todo. Ése era el lema del regimiento de paracaidistas británico. ¿Qué orientación tenía él del espacio? Como paracaidista, había saltado desde muchos aviones. Caía en picado. El aire estaba enrarecido. La tierra se acercaba aprisa. Jamás había encontrado el espacio interior en el que todas las formas se intensifican.>>
12
Bull mountain
Brian Panowich
Durante generaciones, el clan Burroughs ha mantenido su asentamiento en Bull Mountain, al norte de Georgia, traficando con whisky casero, marihuana y metanfetamina sin que la ley repare en ello. Pero el día en que Clayton Burroughs, quien para distanciarse del reinado criminal de su familia se convirtió en sheriff, recibe la visita de un agente federal con un plan maestro para erradicar todas las actividades ilegales a lo largo y ancho de seis estados, las lealtades de una estirpe unida por la sangre pero separada por el deber se verán peligrosamente puestas a prueba…
Esta poderosa novela, que ha renovado el género del country noir, repasa la cronología de una historia de violencia ejercida durante casi un siglo con el único objeto de mantener un imperio fundado no en el poder o el dinero, sino en los lazos familiares, explorando hasta dónde son capaces de llegar los hombres para protegerlos, honrarlos o incluso destruirlos. Con un ritmo tan trepidante que no deja sospechar en ningún momento los disparos que nos tiene reservados, el autor estampa cada palabra como si la descerrajase con una escopeta, y por eso mismo, nadie está a salvo del tiroteo.
11
Velvet 3: El hombre que robó el mundo
Ed Brubaker y Steve Epting
Sigue uno de los mejores thrillers de los últimos tiempos. La caza de Velvet Templeton la ha llevado a una oscura red de mentiras, asesinatos y negocios internacionales. Y a medida que los secretos que persigue salen a la luz, sus respuestas apuntan a un solo lugar, los pasillos del poder mundial: Washington D.C.
10
Delincuentes de medio pelo
Gene Kerrigan
«—¿Te arrepientes de algo?
Por un momento, Stephen se acordó de los dos soldados alemanes ejecutados en una zanja, pero nunca le había mencionado a nadie ese episodio, y no estaba seguro de poder explicar lo que sentía, si la mínima satisfacción experimentada compensaba el gran daño causado, así que negó con la cabeza.
—¿Y tú?
Sean Willie se puso el dedo índice en la sien.
—Todo está aquí. Toda mi vida la he vivido aquí dentro. —Exhibió los dientes amarillentos que le quedaban en una sonrisa carente de alegría—. Supongo que así es como han ido las cosas. Quizá hice lo que me pareció más cómodo. Solía repetirme una cita. —Cigarrillo en mano, señaló las estanterías—. Está en alguna parte, en un libro de ensayos de Pelican, de los azules. Un tipo que habla de los desfiles. Decía que la mayor satisfacción pertenece no al que marcha en un desfile, sino al que lo contempla de lejos. Antes pensaba que eso era cierto. Ahora que me acerco al final… eso es lo que a veces lamento: haberme pasado la vida contemplando el desfile. —Asomó cierta calidez a su sonrisa—. Pero solo a veces.>>
9
Eva
Arturo Pérez Reverte
«Se quedaron un rato en silencio, escuchando la canción. Pasándose el kif.
—¿No te cansas de vivir así? —preguntó ella.
—¿Cómo es así?
—Ya sabes. Esa vida incierta. Peligrosa.
Movió la cabeza Falcó.
—¿Existe otra clase de vida?… Hay quien suele creerlo, pero no es cierto. Tú sabes que solo hay una.
—La diferencia está en que unos lo sabemos y otros no lo saben.
—Exacto.
Moira alzó el muñón bajo la manga vacía del kimono.
—Yo lo supe el año veintidós, en Esmirna.
Sonrió Falcó, vuelto al pasado.
—La ciudad ardía al fondo de la bahía —rememoró—. Subiste a bordo vestida de negro, con tu brazo herido en cabestrillo, mirando alrededor con gesto desafiante. Enferma, consumida de fiebre. Tan pálida y tan hermosa.
—Era otra Moira —la mano de ella le apretaba la muñeca—. Das Dort ist niemals hier… ¿Leíste alguna vez a Schiller?
—No.
—Allí jamás será aquí, decía.>>
8
En un país extraño
Charles Cumming
Seis semanas antes de asumir la dirección del MI6 y convertirse en la primera mujer que encabeza uno de los servicios de espionaje más prestigiosos del mundo, Amelia Levene desaparece sin dejar rastro, provocando así la crisis más grave que la institución ha vivido en una década. Los altos mandos se encuentran en un trance: no sólo tienen que encontrar a Levene, sino que la tarea tiene que realizarse en el más absoluto secreto si quieren evitar un duro golpe a la imagen y credibilidad del MI6. Así pues, la mejor opción que les queda es acudir a Thomas Kell, un agente al que despidieron del cuerpo ocho meses atrás por presuntas torturas a un detenido durante una antigua misión en Kabul.
Incapaz de adaptarse a la vida civil y en medio de una tormentosa ruptura matrimonial, Kell está a punto de tocar fondo, pero a sus cuarenta y dos años no puede rechazar esta oportunidad, tal vez la última de su vida, para redimirse ante sus colegas y volver a ejercer el único trabajo que sabe hacer. Una primera pista lo conducirá a Niza, Marsella y finalmente Túnez, donde, en la nueva situación creada tras la Primavera Árabe, estaría gestándose una trama que podría dañar seriamente los vínculos de Gran Bretaña con sus aliados.
7
Morir en California
Newton Thornburg
David Hook, granjero de Illinois orgulloso de las tierras y del ganado que posee, sufrió un duro golpe cuando su mujer falleció en un accidente de coche siete años atrás. Ahora, frente al ataúd de su primogénito de dieciocho años, Hook tiene el corazón y los ojos secos. Christopher Hook murió lejos de casa, en California, y la policía afirma que se suicidó. David está seguro de que su hijo no se quitó la vida, y para demostrarlo y averiguar la verdad de lo ocurrido viaja a Santa Bárbara. Allí conocerá a las dos testigos de la muerte de su hijo: La atractiva y autodestructiva Liz Madera, y la señora Rubin. La primera mantiene una relación con el aspirante a congresista Jack Douglas, y la segunda trabaja para él. Furioso y ávido de venganza, Hook se convertirá en su peor pesadilla y los acosará sin tregua para limpiar el nombre de su hijo.
Publicada por primera vez en 1973, Morir en California deja al descubierto la corrupción y la degradación que se escondían tras el glamour y la opulencia de la Costa Oeste en los años setenta.
«—¿Qué? —repitió—. ¿Somos patéticos, amigo mío?
Hook no sabía ni qué responderle, tenía aún menos posibilidades de hacerle entender lo que pensaba que las que tenían Douglas y el barbudo de entenderse mutuamente, porque a menos ellos hablaban el mismo idioma, el idioma de la política, y Hook no. Para él, progresista y conservador, marxista y anarquista eran palabras sacadas de la misma bolsa de basura, etiquetas pegadas en latas vacías, la táctica por delante de las medidas, un frenesí hueco. Quería agarrar a Douglas del abrigo y gritarle a la cara que su hijo, su Chris, no hacía ni una semana que estaba enterrado, entre su madre y su abuelo, y que las suyas eran solo tres de una larga hilera de tumbas, y que había hileras e hileras de tumbas parecidas, y cementerios y cementerios y cementerios repartidos por todo el mundo, porque la Muerte era el único gobierno auténtico y definitivo, el rey de reyes, el gusano emperador del universo, y ese gusano estaba ahí mismo en el desván, dentro de todos ellos, en Hook, en Douglas, en el chico barbudo y en la niña del chupete del piso de abajo. Y sin embargo, frente a esa abrumadora certeza, esos dos se ponían a parlotear de política. Para Hook, eran como conejos atracándose de brotes de soja mientras el búho los vigilaba.>>
6
El fin de la soledad
Benedict Wells
Una novela conmovedora sobre el amor por la vida.
El fin de la soledad es una gran historia de amor que va más allá del amor que sienten sus protagonistas. Es amor por la escritura, el arte, la música y, en última instancia, la vida. Una novela de aprendizaje de la mano de la joven estrella de la escena literaria alemana.
«Se oía música por todas partes, la gente hablaba en voz muy alta y en el aire flotaba un intenso olor a almendras garrapiñadas. Marty me explicó que los libros iban a desaparecer. Que en el futuro solo existirían en su versión electrónica.
—Anda ya —le dije—. ¡Si seguimos así vaciaremos la realidad! Si digitalizamos los libros, los discos y las películas y los enviamos a un mundo en el que no podemos estar físicamente…, los niños del futuro tendrán habitaciones blancas y vacías.
—White Wall kids —dijo mi hermano—. Sería un buen nombre para un grupo.
Fruncí el ceño.
—Antes teníamos que esperar un buen rato —cuando no días— para revelar un carrete y ver cómo habían quedado las fotos que habíamos hecho. Pero era un momento estupendo de intriga y emoción hasta tener en las manos el resultado.
—Sí, sí, abuelo. —Marty sonrió—. No podemos hacer que el tiempo vaya hacia atrás.
Le hice un gesto con la mano, como dándolo por inútil. Pero al cabo de un rato yo aún seguía dándole vueltas a la conversación en mi interior. Aquella última frase me incomodó. Fue como un cortecito en un dedo, que no duele en el momento de hacértelo, pero luego molesta un montón. <<No podemos hacer que el tiempo vaya hacia atrás.>>>>
5
Ese mundo desaparecido
Dennis Lehane
Padre de un niño de diez años al que adora, el antaño todopoderoso Joe Coughlin casi ha logrado cortar amarras con su turbulento pasado, aunque no del todo, pues ejerce de consejero del importante clan mafioso de los Bartolo. Pese a ello, lleva una vida más o menos tranquila hasta que dos hechos inquietantes vienen a perturbarla: la aparición del fantasma de un chico que le resulta vagamente familiar, y, mucho más grave, el soplo de que alguien ha puesto precio a su cabeza y planea matarlo durante el Miércoles de Ceniza. Así pues, entre su tarea de mediador entre clanes mafiosos al borde del conflicto y sus pesquisas para descubrir quién quiere acabar con él, Joe se verá retrotraído a los viejos tiempos, aquellos años de traiciones y venganzas, bañados en sangre, donde cada día podía ser el último. Y es que tal vez haya llegado al fin la hora de pagar por sus pecados.
4
El zoo de papel y otros relatos
Ken Liu
«La siguiente vez que se acercó a un chico, Amy sacó uno de sus cigarrillos.
—¿Ves esto? —le dijo al muchacho, sus ojos reflejando los destellos de las luces de neón de detrás de la barra—. Voy a empezar a fumármelo ahora mismo. Si consigues que mi amiga se ría antes de que lo termine, esta noche me iré contigo a tu casa.
—¿Y qué tal si os venís las dos a casa esta noche?
—Perfecto, ¿por qué no? —respondió Amy—. Pero más vale que vayas poniendo manos a la obra. —Encendió el mechero y dio una larga calada al pitillo. Echó la cabeza atrás y exhaló el humo bien hacia lo alto—. Para esto es para lo que vivo —le susurró a Rina, con las pupilas desenfocadas, enajenadas—. Toda vida es un experimento.
El humo que le salía por los orificios nasales hizo toser a Rina, que miró a Amy de hito en hito antes de volverse hacia el muchacho. Se sentía un poco mareada. La nariz un tanto torcida de él le pareció a un tiempo graciosa y patética.
El alma de Amy era contagiosa.>>
3
La uruguaya
Pedro Mairal
«Me derroté a mí mismo supongo. Mi monólogo mental, mi tribuna contraria. Cuando no escribo ni trabajo sube el volumen de las palabras dentro de mi cabeza y me van inundando. Crecían dudas como enredaderas, me iban rodeando. Me preguntaba con quién te estarías viendo. Esas llegadas tarde tan arreglada y cansada después de reuniones y cocktails de la fundación… Y esos cambios sutiles: antes rara vez estabas depilada, ahora te sentía las piernas suaves cada vez que te rozaba en la cama. Se me llenaba la cabeza de preguntas. ¿Te estabas cuidando y arreglando para alguien que no era yo? ¿Y dónde se veían, Cata? ¿En telos? Nunca fuiste muy de telos, y quizá eso mismo te daba morbo. Me preguntaba quién podía ser, y no tenía pistas, algún miembro del directorio quizá. El triángulo de tu pubis siempre tan setentoso y arbustivo de pronto apareció podado, reducido, un poco más agudo. Para la bikini, me dijiste, y es cierto que era diciembre y se acercaba otro verano de invitaciones a piletas y jardines. Fuiste al ginecólogo y te curaste la candidiasis, que te hacía tener un olor fuerte y me hiciste tomar el mismo medicamento por si yo también la tenía. ¿Nos estábamos curando los dos para tu amante? Se acumularon esas llegadas tarde, después de comer, a la una, a las dos de la mañana, y te oía desde la cama en el baño dejando correr mucho el agua, mucha actividad de jabón, sacándote el maquillaje, bidet, cepillo de dientes. Estoy casi seguro de que volviste a fumar, ¿con quién? Casi podía verte en terrazas con una copa de champagne en la mano y un cigarrillo, tu estilo de fumar, tu sonrisa.>>
2
El hilo de sangre
Ernesto Mallo
«Las ramas de los plátanos azotan los cristales; el cielo es color gris ceguera; la lluvia, de agujas heladas; la noche, prematura. En su cama reposa Venancio Ismael Lascano, tanto nombre para un niño que ha pescado una gripe. Luego del té con galletas que le sirvió mamá, la fiebre empieza a escalar. El delirio febril puebla de imágenes el techo. Junto a su cama, un gato negro, de ojos eléctricos, escapa de la habitación saltando a través del ojo de la cerradura. En un rincón, una araña enorme y peluda ríe y teje su tela.>>
«Desde la muerte de sus padres, hace más de cincuenta años, vivió al borde de la cornisa, y no se cayó. Ahora todo se ha detenido, todo es previsible. Mira por la ventana. La ciudad arde y late mientras Lascano se estanca y se oxida. Allí afuera hay mil historias y él no forma parte de ninguna. El mundo funciona igual sin él, pero él no funciona igual sin el mundo. Extraña a sus enemigos, el peligro, la adrenalina, la alerta. Se niega a vivir de recuerdos, pero parece que es lo único que tiene. Marta tiene razón, Lascano no sabe qué hacer con la tristeza. Si tan solo Eva estuviera aquí.>>
1
Sylvia
Leonard Michaels
«Pasé horas al teléfono para contar a mis amigos que había vuelto y me quedaba hasta las tantas de la noche sentado a la mesa de la cocina, tomando café, leyendo y fumando. La mayor parte de la ciudad dormía. En el silencio, oía sirenas de policía desde zonas tan lejanas como Houston Street. A veces, hacia el mediodía o más tarde, me despertaban los olores de la comida que preparaba mi madre y que, como la luz, se volvían más tenues con el paso de las horas. Los días eran muy semejantes unos a otros. Nunca sabía el día de la semana en que vivía hasta que lo veía en el periódico. Lo olvidaba al instante. Después de que mis padres se hubieran acostado, salía a comprar The Times y luego miraba los anuncios por palabras. Entre miles y miles de empleos, ninguno llevaba mi nombre. Quería hacer algo, no tener algo que hacer.>>
«Estaba descalza en la cocina cepillando su larga y negra melena asiática mojada. Al parecer, acababa de salir de la ducha, una alta cabina metálica en la cocina, sobre una plataforma contigua a la pila. Una cortina de plástico impedía que el agua salpicara al suelo de la cocina. Me saludó, pero no me miró, demasiado ocupada como estaba moviendo la cabeza a derecha e izquierda y sacudiendo el enorme peso de su negra melena como una cortina brillante. El cepillo estuvo bajando y saliendo de su pelo hasta que ella dejó de repente de cepillárselo, entró en el cuarto de estar, se dejó caer sobre el sofá, se recostó en la pared de ladrillo y se abandonó totalmente. Después, sus ojos, tras un flequillo largo y negro, se movieron y me miró. La cuestión de qué hacer con mi vida en los cuatro años siguientes quedó resuelta.>>
Collage de Cultura Palpitante con los 10 mejores libros publicados en 2017
XH o XB
P.D: Mi gratitud hacia todas las editoriales mencionadas, en especial a aquellas de menor calibre y presupuesto. En estos tiempos, se necesita mucha valentía y buen gusto para publicar determinadas obras, para rastrear y apostar por el buen arte. Sobre todo, se necesita amor por la literatura. Y de esto a la mayoría de ellas parece que les sobra.