TOP 10 SERIES 2018 | Cultura Palpitante

La tradición de las listas navideñas. De pequeño eran listas de deseos por cumplir y ahora son listas de deseos cumplidos, en cierto modo. Seleccionar, agrupar y ordenar por preferencia. Cosechar y recolectar. Crear listados que sirven de diario cultural al que lo escribe y de recomendación, reafirmación o incrédula sorpresa al que lo lee. Comparar y cribar. Enumerar una decena de títulos del pasado año. Compartir y transmitir. Año de miniseries y de ausencias, sobre todo de ausencias, sea de aquellas gustosamente conocidas o de las largamente anticipadas. Analizar y disfrutar, siempre disfrutar, porque si no todo esto pierde sentido.

En el artículo de 2017 dedicado a las series escribí: “[…] a día de hoy el seriéfilo es imposible que pueda ver en un año el 100% de la producción de series. El volumen ha aumentado y sigue en aumento, tal vez hasta que encuentre, en términos de ecología cultural, su límite de carga”. En el 2018 se han potenciado las evidencias y cabe pensar que nos acercamos cada vez más a dicho límite. Solo en Estados Unidos se estrenaron 495 series el pasado año, una cifra titánica que se sostiene porque el consumo de ficción televisiva, al menos a día de hoy, va en proporción. Pero la calidad ya es otra cosa. La calidad siempre ha estado reñida con las estadísticas. Cuando las masas levantan la mano, el arte suele bajar la cabeza. Hay excepciones, claro, como suponen algunas de las obras que estiran el látigo a continuación, pero por lo general al diluir el riesgo y aumentar la contención para llegar al público medio se paga un precio creativo. Desde mi punto de vista, y a pesar de los números, el 2018 ha sido un año pobre en el mundo de las series, siempre en comparación con los últimos años. Ha dejado un puñado de obras fantásticas, por supuesto, pero la selección se hizo casi sola, apenas hay descartes porque apenas hay dudas.

Hay un enfoque positivo. Curiosamente, se alcanza al ver la botella medio vacía y no medio llena. Con otras palabras: en lugar de quejarme por la abundancia mediocre, el 2018 lo comprendo desde las ausencias notables, lo que duplica las esperanzas puestas en el 2019. Debido a impasses más largos de lo que nos gustaría, el año pasado lo pasamos sin algunas de las mejores series de la década; sin Juego de Tronos, sin Black Mirror (Bandersnatch no es serie, y no sabría decir lo que es), sin Mindhunter, sin Taboo, sin Peaky Blinders. Tampoco nos llegaron otras muy ansiadas: Too old to die Young, la tercera temporada de True Detective, o la serie de Wong Kar Wai titulada provisionalmente “Tong wars”. A todas estas ausencias hay que sumarle el hecho de que algunas de las más esperadas que sí nos llegaron no cumplieron con las expectativas: Maniac, Altered Carbon, The first, La balada de Buster Scruggs (convertida finalmente en película episódica, con más sombras que luces). Con estos datos se entiende mejor el nivel de 2018 y se babea con el 2019.

Para terminar este análisis anual, siguiendo la misma senda positiva y optimista de comentario, destacar la producción nacional. Sin género de duda, ha sido el mejor año de ficción televisiva española: La Peste, Arde Madrid, Mira lo que has hecho, La casa de papel, Fariña, Gigantes… Por calidad o simplemente por éxito, el mejor, de largo. Una gran noticia.