Tras Perlas bajo luz negra, Oro negro a superficie y Fotogramas con nocturnidad y alevosía, esta es la cuarta y última entrega de Cine a descubrir dedicado al thriller y al género negro moderno. Un puñado de películas que están por encima de sus notas críticas, de sus recaudaciones o de su ostracismo cultural. Pelis aparecidas en el último lustro que se merecen una nueva oportunidad. Así que vamos a dársela. Separen párpados aquí y sírvanse este caviar negro desaprovechado.
Metro Manila
U.K.-Filipinas – 2013
Una familia filipina sumida en la pobreza se muda a la capital del país en busca de un nuevo comienzo. El padre, un tipo bondadoso que siempre pone una sonrisa esperanzadora ante las adversidades, acaba encontrando trabajo como conductor de un camión blindado. No tardará en notar las dentelladas de la feroz Manila y llegará el momento en que decida devolver a su modo el mordisco, siendo manso como es. El desenlace canoniza al protagonista y rubrica la historia de supervivencia ambientada con intimismo en ese ambiente exótico lleno de contrastes que aporta la ciudad asiática, un rasgo tanto de esencia como de escenario que distingue a la película de otras obras de corte similar. Además, el film porta un mensaje silente que estalla una bofetada sonora en la mejilla del occidental acomodado y en que queja permanente que no tenga la indecencia de apartarse.
Blue Ruin
USA – 2013
Un vagabundo que tiene una razón para serlo, para aislarse. Una venganza por consumarse. Sangre, daños colaterales, familia. Una atmósfera opresiva. La terrible sensación de que podríamos llegar a ser el vagabundo. Y en algún punto del desarrollo, resulta fácil rememorar una frase de Tyler en El club de la lucha: “Only after we’ve lost everything that we’re free to do anything”.
The Raid: Berandal
(Redada asesina II)
Indonesia – 2014
Una película de acción que continúa y mejora en forma y estilo el camino violento e impactante de su predecesora, The Raid. Salvajes peleas cuerpo a cuerpo, ya sea entre dos personajes o contra una multitud enfurecida. La excusa argumental es lo bastante sólida e interesante para que la película no sea solo una colección deslavazada de escenas a puñetazo limpio, pero, en el fondo, quien ve esta película lo hace para quedarse boquiabierto con las espectaculares y trabajadas coreografías de lucha, cosa que sucede. Se lo garantizo. La mencionada primera parte, Redada asesina, marcó una tendencia en su país de origen y han seguido surgiendo pelis indonesias en esta línea, aunque ninguna tan destacable como esta The Raid II. Sin ir más lejos, hace tan solo unos meses tuvo estreno extranjero Headshot, otra buena muestra más, una historia protagonizada por el mismo actor que se desangra poco a poco en la que nos ocupa, Iko Uwais, especialista en artes marciales que también se encarga de las vistosas y frenéticas escenografías de combate. De hecho, ha alcanzado tal fama y prestigio mundial en este apartado que ha fundado su propia compañía, con su nombre de sello distintivo.
Vientos de La Habana
España – 2013
Aunque sea de producción española, la película transpira Cuba en cada plano. Ahí reside su encanto. Siempre resulta un acierto convertir una ciudad con carisma en un personaje más dentro de una película de género. La Habana se desnuda aquí sin complejos, exhibiendo sus virtudes y sus miserias como solo es capaz de hacer una gran dama caribeña. Contemplamos con planos aéreos el colorido barbecho de sus azoteas, recorremos a pie callejones donde saltan a la comba los hijos de alguna vecina atareada. La investigación policial, eje vertebrador de la historia, es lo de menos. La historia central, no nos llevemos a engaño, no es nada del otro mundo. Pero muchos serán capaces de meterse bajo la piel de Conde, el policía de homicidios protagonista, un personaje nacido de la pluma de Leonardo Padura, uno de los escritores cubanos contemporáneos más aclamados. Se trata de un personaje amable, que genera empatía de forma natural, aficionado a la lectura y al noble arte de escribir, un romántico sin remedio. Su historia de amor paralela tampoco se aleja de determinados tópicos y, sin embargo, también cautiva. Quizás por el jazz que pone sinfonía al romance, quizás por la escena de ellos dos desnudos y agazapados en la ventana, quizás por la forma que tiene Conde de entregarse sin reservas, de lanzarse a pecho descubierto, una estirpe de hombres en extinción. Aunque sin duda alguna, lo más valioso y reivindicable de la obra son las escenas que el protagonista comparte con sus amigos y la camaradería que se pone entonces de manifiesto. La forma en la que hablan de la Cuba que fue y de la Cuba que es, el modo en que desovillan la madeja de la nostalgia. El aprecio y el cariño que se profesan, por encima de las circunstancias, sean cuales sean. Realmente parecen escenas robadas a un verdadero grupo de amigos que comparte el momento, tanto en la risa como en el llanto. Se percibe cercano, auténtico. La inexperiencia de muchos de los actores en proyectos de este calibre seguramente redunda en esta sensación, y su naturalidad en el gesto y en la palabra supone un plus en lugar de un hándicap. Vientos de La Habana es una película que disfruté mucho, sin que esperara gran cosa a priori. Permanecen en la memoria fotogramas preciosos, una suerte de postales viejas, como el de esas tartanas que usa la policía recorriendo una carretea solitaria que se ha contoneado en demasiados huracanes, u otras imágenes que se prestan a la interpretación del espectador más avispado, como es el caso de ese encuadre del escritorio del protagonista a través de los barrotes de la ventana, aprisionando simbólicamente aquello que uno no elige, tan solo siente. Sin escapatoria.
Collage con los posters de las películas reseñadas y recomendadas en las cuatro entradas de Cine a descubrir dedicado al noir.
XH O XB
P.D: Otras obras magníficas dentro del género aparecidas en los últimos cinco o seis años son Sicario, Prisioneros, La Isla Mínima, Solo dios perdona, The place beyond the pines, Mátalos suavemente, El consejero, Hell or high water o Tarde para la ira, pero estas son películas que, por una razón o por otra, no precisan tanta recomendación. La voluntad de esta serie de artículos no era elegir las mejores, sino posar el foco en aquellas que se merecen mucho más reconocimiento del que atesoran.